miércoles, 22 de febrero de 2012

Facebook y la Infoxicación


(O de por qué todas y todos deberíamos cerrar nuestro perfil en facebook)

En 1997 el físico estadounidense Michael H. Goldhaber publicó un visionario artículo en la revista Wired 1  donde proponía la hipótesis de que asistimos a la transición de una "economía basada en lo material" donde la moneda es el dinero, a una "economía de la atención" donde el bien escaso (la moneda) es la atención. Hoy esta hipótesis resulta a todas luces cierta: es algo en lo que nos encontramos inmersos, no depende de si somos conscientes, de si lo entendemos o de si adoptamos una postura a favor o en contra.
La manera en cómo lo vivimos se puede ejemplificar de muchas formas, pero sin duda, la internet y-so-bre-to-do las redes sociales son nuestro mejor ejemplo.
En una red en la que el usuario se encuentra con millones de coincidencias a la búsqueda sobre cualquier tema, en una era en la que ya no es problema encontrar información (tanto como lo es verificar su fuente), el bien escaso es la atención, pues el usuario debe decidir de entre millones de posibilidades, unas cuantas para satisfacer su búsqueda. Es imposible sopesar todas las posibilidades para decidirse a tomar una decisión, ya sea que se trate de comprar un artículo, de contratar un servicio o de buscar opciones de entretenimiento; uno debe decidir con prontitud a sabiendas de que existen cientos, quizás miles de productos y servicios semejantes que pueden ser mejores.
¿Hay algo flotando en la red? –se pregunta Goldhaber– una red que cada día ve nacer más de un millón de sitios, que duplica su tamaño cada 8 meses en promedio, en el que diariamente circulan entre distintos nodos de la red 20 000 millones de e-mails, donde hay innumerables sesiones de chat,  de redes P2P, de weblogs, de redes sociales, de noticias. ¿Hay algo en esta red que sea escaso y deseable?  
 Sí lo hay, es la atención.  Y hoy en día, la Economía de la Atención –ya no de la información– es la economía natural del ciberespacio.
Navegar entre esa jungla de información es cada día más complejo y ha venido a instaurar en el panorama un nuevo problema: el exceso de información;  ya que, en palabras del Premio Nobel de Economía Herbert Simon 2:   “la abundancia de la información da lugar a la pobreza de la atención”. Es evidente que la reciente (y muy creciente) digitalización de la mayoría de los procesos comunicativos que se realizan en las sociedades postindustriales provoca un crecimiento exponencial de los datos, que deben ser asimilados, clasificados, comparados, monitorizados… Es una tarea cada vez más ardua que provoca que la atención sea uno de los bienes más escasos de este nuevo paradigma.
Alfons Cornella  define el término “Infoxicación”, acuñado por Simon como "Exceso informacional, de intoxicación informacional, en la que tienes más información de la que humanamente puedes procesar y, como consecuencia, surge la ansiedad (técnicamente Information Fatigue Syndrome). En inglés el término es Information Overload (sobrecarga informacional). “Pues bien, la infoxicación es un problema de nuestra sociedad y, por tanto, también una gran fuente de oportunidades. Cuando definí el término, Google no existía. El spam era, quizás, la predicción de algún visionario al que nadie hizo caso. La situación es hoy peor de lo que podíamos imaginar." 3
El problema de la infoxicación se vuelve cada vez  más agudo en el entorno Facebook, la red social con perfil comercial por excelencia. Este problema comienza a resultar alarmante: La gran mayoría compite por una tajada de atención del público: “me quemé el dedo”, “estoy saliendo del cine con mis amigos Fulano y Mengana”,  “me estoy escarbando la nariz” o “ve mi video”, “por favor ve mi video”, “¿ya viste mi video?”,  “vota por mí”, “Vota por mí”, “¡¡¡¡¡Vota por mí!!!!!”.
Así, alguien que dispone de poco tiempo, decidido a leer sólo los titulares más relevantes (no digamos ya asimilarlos y a transformarlos en nuevo conocimiento) se encuentra con el rockstar wannabe que insiste en auto-promocionarse posteando la misma canción cada mañana o con el activista ingenuo que cree que la realidad se transforma posteando cada tanto fotos amarillistas o noticias que, a fuerza de repetirse y gracias a la misma dinámica económica de la red, terminan pareciendo banales, por mucho que su contenido sea trascendente o nutritivo; con tal de captar y sobre todo cooptar la mayor cantidad de atención posible. Un ejemplo de esto último lo encontramos en las recientes críticas al pre-candidato priísta a la presidencia de México referentes a sus tropiezos en distintos espacios públicos: la crítica se vuelve burla, broma fácil, foto de ocasión, animación trivial, vaciando de facto cualquier posibilidad de contenido relevante.
Captar la atención es la clave, dice José López Ponce 4. Todo lo publicado en la gran mayoría de los muros de Facebook es una invitación a “Mira mi mundo, mírame”, una necesidad de exhibirse propia de una socie­dad cada vez más narcisista. El imperativo social para existir es generar una conversación, ser interesante, divertido y original buscando cosas que contar para alimentar la “maquinaría de la diferenciación”.
La motivación es competir para crear la marca personal y no por entrar en un proceso de socialización colaborativa: "Publicar en la Economía de la Atención o morir invisibles5 nos dice Hugo Pardo Kuklinski. El objetivo es ponerse delante para que te sigan, ser el primero en la diferenciación, ser representante de cualquier cosa, autonombrarte portavoz, de ahí la importancia de las métricas –número de amigos, números de seguidores, número de visitas, número de “me gusta”, etc. – Es una falsa sociabilidad, porque la atención se genera en base a una fachada de sentimientos y emociones destinadas a satisfacer la demanda de la comunidad, inmersa en la dinámica económica referida anteriormente.
Porque además se practica la “buena vibra online”, donde son cuasi obligatorios la felicidad, el optimismo, la exaltación de los valores individuales, la ocultación de los problemas, la euforia perpetua, el buen humor y la ocurrencia como instrumentos de pesca, nunca antes el concepto de “red” tuvo tanto sentido. “Maximizar la atención hacia mi red” es la consigna, valiéndose de cualquier artimaña para conseguirlo, ya sea el cinismo o la hipocresía edulcorados, como instrumentos de dominación simbólica sobre los individuos y sobre los acontecimientos.

Una carrera hacia la atención que no admite la crítica, la cual no existe si simplemente se ignora. Unos cuantos videos en el muro y es asunto enterrado. La discrepancia es calificada de trolismo, un recurso fácil para convertir al crítico en un taimado salvaje. La búsqueda de la atención como hiper-estimación con una percepción egocéntrica de la realidad, a través de la cual sólo acepta aquella realidad que refuerza su propia grandiosidad e intentando forzar a los otros a que les brinden su admiración incondicional mediante el control sobre sus actos o pensamientos.
 En las redes sociales, hoy por hoy, se perpetúan más que nunca las desigualdades, únicamente los más interesantes o los más divertidos son los que se benefician (ni hablar de los millones de personas que no tienen acceso a internet). Los mediocres, los sin cultura, los que no tienen un punto de vista propio, los antipáticos son las primeras víctimas de la discriminación social online y quedan relegados a una suerte de voyerismo activo materializado en forma de “te sigo”.
Además de todo, quien no responde a las cadenas o a las recomendaciones de videos o música o artículos es un marginado. Situación tan indeseable que se soluciona con un simple “me gusta”.
En las sociedades postmodernas, lo cotidiano está uniformado y la mayoría de los individuos están diluidos en las multitudes y atrapados por lo inmediato. Las cosmovisiones totalizadoras que marcaban la hoja de ruta de las personas están en crisis -religión, patria, proyecto global de vida, etc.-, estamos atrapados por lo inmediato, en un mundo que se mueve a velocidad de vértigo que nos obliga a vivir el momento, en busca de la especialización y actuando con un alto grado de pragmatismo6.

En el ámbito artístico y creativo, el problema de la infoxicación lanza una nueva manera de valorar los productos estéticos, pues ya no hace falta tener talento o ser propositivo para ser valorado positivamente, basta contar con una amplia red de amigos que a golpe de ratón legitimen tu trabajo. Ante tremenda oferta de productos artístico-culturales, la dinámica económica digital obliga a consumir “cualquier” obra de arte, sin importar demasiado su verdadero valor estético, pues en el inconsciente colectivo flota cada vez más arraigada, la idea de que probablemente existan mejores productos, pero nada nos garantiza que en medio de esta gran amazonía digital algún día nos encontremos con ellos. Nadie quiere ser tomado por iletrado, bruto, ignorante o poseedor de malos gustos, mucho menos en la actual economía digital, así que si conozco personalmente al guitarrista de una banda de rock que suena pésimo diré que son lo mejor y les daré todos los “me gusta” que me pidan, pues en la economía de la atención se beneficia todo el que participa de la atención generada y recibida por el otro. Lo mismo podemos decir de otros ámbitos, como el empresarial y el político.
Nacho Gil  reflexiona acerca del libro The attention economy de Thomas Davenport y John Beck y nos dice: “El nuevo recurso no son las ideas, ni siquiera el talento, sino la atención propiamente dicha”  7. Así como la mano de obra condujo la economía en la era industrial, y la información lo hizo en la era del conocimiento, la atención es quien guía los hilos de la nueva economía digital.
Pardo Kuklinski lo denomina Postdigitalismo y comenta: Vivimos en una sociedad red y los geeks son quienes diseñan las redes. De ahí su vital importancia. Se trata de una elite (la netocracia) que está rediseñando nuestra percepción del mundo desde hace cuatro décadas. Ellos configuran el mundo en el que viven según sus necesidades y todos los demás adoptamos sus plataformas y diseños en red posteriormente. Desde la irrupción de Internet y la computación personal, los geeks son los nuevos escribas del mundo 8.
¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? –se pregunta Nicholas Carr 9– y advierte sobre el hecho de que la capacidad de concentrarnos en la lectura de textos largos es cada vez menor. Carr ha cerrado sus perfiles en las redes sociales. No es el único. Tengo compañeros decepcionados con estas modas que te llevan de un portal a otro dependiendo de las corrientes del momento. Hace unos años se pusieron en boga los blogs y todo el mundo tenía que hacerse uno. ¿Has leído lo que he escrito en mi blog? te comentaba cualquiera como si tuvieses obligación.
“Lejos de conectarnos, Facebook realmente nos aísla en nuestros lugares de trabajo. Alimenta una suerte de vanidad y engreimiento en nosotros. Incentiva una competitividad inquietante entre las amistades: parece que, con los amigos, hoy en día la calidad no cuenta para nada y la cantidad es la reina”, sentenciaba sobre Facebook el periodista Tom Hodgkinson en The Guardian 10.
El problema más grave de todo esto es que esta situación se agudiza cada vez más y cada vez más rápido. Además de la incertidumbre acerca de lo que ocurrirá con las nuevas generaciones que están creciendo y aprendiendo a desarrollarse dentro de este paradigma.


La red o la nube: cambiando el paradigma

Ni los peces pueden negar el “acercamiento y la mejor comunicación” que impone una red a quienes se encuentran dentro de ella, ni la araña puede negar sus enormes beneficios a la hora de hacerse con una presa. Toda la web 2.0 como la conocemos hoy en día, nació y comenzó su verdadero desarrollo  al amparo de estrategias y enfoques comerciales.  Facebook, la reina de las redes sociales, no dejó escapar esta situación al momento de crear sus políticas y sus servicios. A la compañía de Zuckerberg se le ha acusado de vender información de sus clientes a las agencias de inteligencia, y a distintas empresas. En lo personal, no me sorprendería si esto fuera cierto, lo realmente sorprendente sería que no fuera así.  
Son varios los autores que han señalado a Peter Thiel 11, un liberal extremista de la derecha norteamericana como el inversor de riesgo detrás de Facebook desde sus inicios. En sucesivas rondas de inversión, la aparición de personajes como Jim Breyer o Howard Cox implican vínculos de la red social con In-Q-Tel, empresa de capital de riesgo de la CIA que, según su propia página, “identifica y acompaña a las compañías en el desarrollo de tecnología punta para distribuir esas soluciones a la CIA y al grueso de la comunidad de inteligencia de los EE UU”  12.
Por otro lado, en septiembre de 2009, The Guardian publicaba que la UE financia sistemas de control y vigilancia de las redes sociales. Basándose en un documento filtrado por Wikileaks 13, apuntaba la financiación europea del consorcio Indect, que desarrolla programas técnicos para registrar y almacenar información a través de un plan de vigilancia permanente de chats, foros y redes sociales entre otros. Un producto del trabajo en común de departamentos nacionales de policía, empresas privadas y centros de investigación de universidades.
Es claro que los grandes capitales están interesados en perpetuar un modelo de internet como el que existe actualmente, el desafío  de los desarrolladores y del público en general es la construcción y consolidación de la web social federada, una web democrática que sustituya a la restrictiva web 2.0. La estructura de la web actual se presta muy bien a la centralización, en cuanto divide los servidores, que ofrecen y controlan los datos de los clientes que los usan. Al principio, esta estructura estaba dictada por razones técnicas: los ordenadores y las conexiones disponibles en los años ’90 no permitían a la mayoría de la gente instalar un servidor de red. Hoy las condiciones han cambiado radicalmente: los ordenadores modernos y las conexiones DSL hacen posible la implantación de una red completamente P2P, en la que todo el mundo es al mismo tiempo productor y consumidor de datos. En una red P2P, Facebook no podría tener datos sobre millones de personas y Google no podría concentrar tanta información. Generalizar el P2P representa una amenaza para toda empresa que se basa en la concentración de datos, y es esta clave de la resistencia al P2P.
Para los hacktivistas –dice Patricia Manrique– el problema de privacidad y de seguridad no es exclusivo de Facebook, sino que parte de una cuestión de base en la web 2.0 o web social. En uno de los textos colectivos de guifi.net se afirma que el problema estriba en que “gran parte de los servicios de web social están construidos sobre software privativo, donde las usuarias tienen que ceder los derechos”, no pudiendo participar en la gestión y “teniendo que usar protocolos y formatos privativos y propiedad de la organización que gestiona el servicio”.
Esto conlleva, señalan, que queden “a merced de grandes compañías no sólo una gran cantidad de datos de carácter personal, sino también las relaciones y vínculos sociales que en la web se establecen”. Y desde Ippolita apostillan: “Es imposible que una empresa que pretende la gestión totalitaria de la información personal crea en una web libre”15. Por ello, desde el hacktivismo se apuesta por la web libre, el código abierto y las “redes sociales del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” como Lorea, Crabgrass o Diáspora, que fue lanzada el 15 de septiembre de 2010.
La clave hoy pasa por optimizar las herramientas telemáticas propias siendo conscientes de que la batalla tiene dos paradas iniciales. Primero la guerra por la neutralidad en la red, donde está en juego el futuro de la red como negocio normativizado o como servicio público consensuado. En segundo lugar, la construcción de redes que evolucionen desde un punto de vista tecnocéntrico hasta un enfoque social y cultural.
Pese a vivir en un Occidente, donde todo parece digitalizable, las realidades cotidianas de millones de seres humanos están activamente al margen del mundo telemático. Realidades sociales que nos recuerdan la nocividad de confundir lo virtual con lo material y que nos devuelven al desierto de lo real donde los conflictos sociales tienen carne, corazón y cabeza. 14
Pese a que el concepto “nube” se emplea solamente para cierto tipo de servicios basados en internet, creo que es un buen punto de arranque para comenzar a construir una internet más social y equitativa. Las connotaciones semióticas del término actúan a favor de conseguir esto último: la red es opresiva por naturaleza y lo etéreo de una nube puede darnos libertad para construir una internet más universal.

Todavía no está mal visto, desde un punto de vista legislativo, pero en unos pocos años, estoy seguro que todo aquel que insista en adquirir atención a cualquier costo, de cualquier manera, incluso disfrazándolo de algún afán loable, colaborativo u original, será visto como hoy vemos  al monopólico capitalista, avaro y malicioso que solamente busca cooptar más y más ganancias económicas.
Pues si la economía del dinero ha hecho invisibles a tan gran parte de la humanidad, ya podemos imaginar lo que ocasionará esta Economía de la Atención, en donde sólo son poseedores aquellos que tienen acceso a los medios digitales y además disponen de tiempo suficiente para hacer uso de ellos en su propio beneficio.



Referencias



3 Alfons Cornella, “Infoxicación: Buscando un orden en la información”. Infonomia 2009.


5 Hugo Pardo Kuklinski, “Geekonomía: un radar para producir en el postdigitalismo”. Colección Transmedia XXI, 2010.

6  José López Ponce, ibid.

7  Nacho Gil, en  http://www.nachogil.net/.

8 Hugo Pardo Kuklinski, ibid.

9 Nicholas Carr, “Superficiales” Taurus 2011.

10 Tom Hodgkinson, “Please, stop the Mark Zuckerberg love train” (Dec 2010) http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2010/dec/23/mark-zuckerberg-facebook




14 Patricia Manrique, “Facebook: una fuente de datos para empresas”  en http://www.diagonalperiodico.net/Facebook-una-fuente-de-datos-para.html

 15 Colectivo Ippolita, “El lado oscuro de google: Historia y futuro de la industria de los metadatos” Editorial Virus, 2007. http://www.ippolita.net/files/El_lado_oscuro_de_Google.pdf


viernes, 4 de marzo de 2011

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Palabras para el Aprendiz

Bajó de la tormenta primigenia una tarde, con un fusil de guayabo y un puñado de conjuros que aleteaban panzalcielo. Supo herrumbrar cadalsos con prontitud de cibernauta, no fuera que la muerte ande en secreto.
Hizo de musgo su barca y florecieron serpientes ahí. Se dio a la Sangre y a la Raíz como el mojar se da a la lluvia que lo resguarda.
Qué silbar tonadas de los manzanos que lo vieron a lomo de la suertes de prestidigitador lunero. Todavía son muchos los que se recuerdan de tamaña idolatría; locura, le decían. La gente que lo topa, hace como que ahí no va cruzando por la esquina un aluvión.
Un día, mientras un niño zarandeaba los cabellos a una nube, dejó caer la gota de una lágrima en el río y de él zarparon barcos fulgores mareas rojas y azules y verdes y así.
El niño se hizo entonces arcoíris; a la gente, esto no le gustó nadita.
Aprendiz de brujo lo apalearon lo llamaron.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Jah (,) estuvo

(Pequeña diátriba contra la estupidez seudorastafari)

La religión Rastafari está basada en el Kebra Nagast, un libro que en ningún renglón hace mención del Reggae. Más aun, la música de la orden Rasta son los Nyahbinghi y nada tienen que ver con el Reggae. Hace poco se editó la primera versión al castellano del libro y existen un montón de sitios en la red dónde descargar música rasta.
En una de sus mariguanadas (planta que para los rastas equivale a zamparse sendas católicas ostias), a Bob Marley se le ocurrió decir que profesaba la fe Rasta y desde entonces los imbéciles (en su sentido más etimológico*) asumieron que la fe Rasta, per se, tiene en el Reggae una ofrenda a Jah.
No pretendo extenderme demasiado.
El problema con el reggae es que generalmente los músicos que lo practican dedican mucho más tiempo a "tronárselas" que a preocuparse por leer y solfear como Jah manda. Esto viene a cuento porque en pasados meses se estrenó en Guadalajara y en Puebla, un paupérrimo tributo (disque) sinfónico a Bob Marley. Sí sí, OTRO TRIBUTO A BOB MARLEY (zzzz…) A manos de un grupo de rastosos, y que a mi parecer es un refrito de poco valor que sólo termina siendo un lastre para esta música tan linda.
El Reggae, señoras y señores, ha cumplido jah su mayoría de edad; y del mismo modo que sucediera en su momento con el Jazz o el Tango –por citar sólo un par de ejemplos– es momento de que este ritmito tan noble, inunde las salas de concierto con sus colores.
Es este servidor quien se encargará de dicha empresa y si bien no seré el primero en orquestar Reggae, es cierto también que ni Shostakovich, ni Mahler ni Beethoven fueron los primeros en escribir una sinfonía.
Este proyecto lleva ya unos años gestándose, mi melomanía y la vida misma han impedido que pueda dedicarle más tiempo y energía de los que hasta hoy he invertido en él; puesto que yo tampoco vivo y muero por el Reggae solamente. Soy cageiano, qué remedio.
No se malentiendan mis palabras, no tengo nada contra la bendita Ganja ni contra la fe Rasta. Pero siendo franco, me resulta sumamente molesto ver a un par de changos ataviados a lo Daddy Yankee rapeando pobremente (y tampoco tengo nada contra el Rap; todo lo contrario), acompañados de una menesterosa partitura. Eso sí, enarbolando con orgullo la infalible marca ©Bob Marley y el Reggae como gastadas banderas.
Que se orinen Jah y todo su séquito en los pantalones si hace falta. ¿O es que el Blues sigue siendo exclusivo de gente negra?
Por ahora, eso.

Jesús Gil.
Puebla, Puebla y 16 de septiembre de 2010.



*Imbécil. Del latín imbecillis, formado de im (sin) y becillis. Becillis es el diminutivo de baculum (bastón). Baculum viene del griego baktron (bastón), quienes la usaban para llamar a aquellos que vivían apoyándose sobre los demás, los que dependían de alguien más para poder caminar.

miércoles, 18 de agosto de 2010

La Mesa Imposible Revisited

Honorato sigue siendo una comedia: humana, la que más.
Los dos púberes desaliñados al alimón entonando la vieja Goodbye, Charleville!, son a estas horas la caricatura de sus propias sombras: así se perderían del jolgorio.
Hace rato que Carlos se fue, llevando consigo una bolita que fumará a solas con la Juanita.
Es que yo camino para que así, la premura que se me entra por los zapatos no me moleste tanto los pasos –sentenciaría el invitado de un tal Bet(o), al que nadie conocía en realidad.
Claudio imperaba porque lo dejaran de joder y pudiera trabajar en santa paz.
Edgardo discutía con su tocayo, intentando convencerlo de la redondez del nombre femenino con el que se había topado al bajar de la cama esa mañana; pero los arcanos poco saben de femineidades.
Ricardo y Arnoldo no dejan de filosofar sobre la imposibilidad de procrear tresillos en macetas y Juan, siempre de a pocas revoluciones la lengua, dejaba escapar el secreto de su aroma a resquebrajo. Sólo Oliverio estaba –gastada libretita en mano– ahí para consignarlo.
– ¿Silencio se entona entre plumas? – cuestionaba.
Se hablaba de los que no asistieron: Francisco por abstemio, Pedrito por mamón ni fue invitado; Ludovico no escuchó el teléfono y a Juanito quesque su mujer se lo madrea.
Ya casi a la hora de cerrar, se aparecieron los del Club Funefasto y ahí se perdió una jerga…
Nadie quiso hacerles plática –los pobrecitos– y tuvieron que rondar la casa hasta que amaneciera.
Solo Roberto tuvo a bien disculparse por la demora insistiendo en no tratar de averiguar los motivos. Y fue convidado.
¿Quién asiste a una fiesta con ganas de morirse?
Hay que ser muy hijoeputa.
¿Etiopía? De menos una isla rastafari, y ni con eso.
Nuestro anfitrión cerró los ojos y calló cayó la noche.
Nacería otra Jornada.