jueves, 15 de enero de 2009

San Cristóbal de Las Casas: Santo y seña

Un blues en tono menor le hace el amor a la noche. Hace frío.
-This machine kills fascists? Eso ya lo había visto antes.
-No me digas.
-El pobre muchacho terminó en un hospital psiquiátr…
-Te pedí que no me dijeras.
-¿Eso es tuyo?
-Si.
-Me recuerda mucho a un negro mujeriego que vivía en Mississippi.
-Y seguro que también lo conociste.
-Ya vas entendiendo…
-Me parece que quien se confunde, sos vos. Yo vine aquí a tocar y a escribir en paz. Lejos de las luces y de todo. Además, una mujer ya se te adelantó y no vas a conseguir nada de mí.
-Contigo, ya van tres esta semana… Este pinche pueblo está lleno de forasteros y autostopistas poco pretenciosos… ¿Estás seguro que no quieres que afine tu…
-Todos en este lugar están de paso. Aunque muchos prefieren no enterarse. ¿O por qué crees que se llama San Cristóbal?
-¿San Cristóbal? ¿Qué esto no es La Encrucijada?
-No, primo, eso queda algo lejos de aquí.
-¿Y cómo llego allá?
-Tenés que irte a Ocosingo y de ahí jalar para Tapachula, vas a pasar Escuintla y tomar rumbo a Acapetagua…
-Creo que mejor empiezo a caminar…Gracias por la guía y si cambias de opinión, basta con que te pongas a tocar a la media noche una…
-Ya lo sé. Gracias de todos modos.
El viejo se retira con los pasos de quien lleva siglos recorriendo los caminos y él, observando aquella silueta larga y cansada perdiéndose en la negrura, piensa:
-Hay cada pobre infeliz en este mundo.